Desde que decidí participar en la política y comencé a trabajar por Jalisco, me di cuenta que tenía una pared muy difícil de romper enfrente: la desigualdad y la discriminación por ser mujer. Tristemente en nuestro país, como en muchos de los sectores y ámbitos laborales, la política es de hombres. Hecha de hombres para hombres. En Movimiento Ciudadano siempre hemos defendido los derechos de las mujeres como una de nuestras banderas; aún falta mucho por hacer, pero como consecuencia de nuestro trabajo ya hay mujeres como yo y muchas compañeras más en espacios de representación como el Congreso de la Unión, el Senado de la República e incluso, gobernando municipios.
La agenda de la igualdad sustantiva no es solamente de un mes o una fecha, se trata de una lucha permanente y que como sociedad tenemos que abanderar juntos. Hay muchos feminismos y los feminismos se pelean desde todos los rincones, pues no existe una cosa tal como un solo feminismo, ni hay una sola lucha, ni hay una sola postura. Los feminismos pelean desde diferentes trincheras y los colectivos y las marchas son nuestras mejores herramientas para poder tener una voz legítima. Dentro de las estructuras de poder yo no veo ninguna mujer ni cómplice, ni omisa; todas vamos avanzando.
Y todas vamos avanzando juntas, y a veces nos toca hacerlo separadas, pero siempre con un mismo objetivo. Por mi parte, son muchos años los que he trabajado sin descanso por las mujeres en muchas trincheras en las que me ha tocado participar, siempre con una postura conciliadora y haciendo todo lo que sea posible para impulsar la agenda de la igualdad sustantiva. Este año no fue la excepción y esta vez me tocará defender la causa en la tribuna más importante del mundo: la ONU. Estaré acompañada por mujeres que lo han dado todo desde sus espacios para promover la agenda de igualdad de género y desde la ONU MUJERES, el organismo mundial responsable de fomentar el empoderamiento de la mujer y la igualdad de género. Estaremos alzando la voz por las mujeres mexicanas exigiendo acortar la enorme brecha de acceso a la tecnología que se sigue teniendo en las partes más rurales y más marginadas de nuestro país.
