Con el argumento de atraer más turismo a la ciudad, el ayuntamiento de Guadalajara, encabezado por el emecista Pablo Lemus, pagó casi 26 millones de pesos (un millón 368 mil dólares) por un carrusel inaugurado la noche del pasado lunes en el jardín de la Reforma, en el centro de la capital jalisciense.
Mientras, en la municipalidad de General San Martín, Argentina, un carrusel de calidad similar, pero más grande, alto y ancho, con un piso más y capacidad tres veces mayor de pasajeros y figuras montables, costará 40 millones de pesos argentinos (poco menos de 210 mil dólares). Es decir, por el carrusel de Guadalajara se pagaron 5.5 veces más.
Según publicó el diario argentino La Nación el pasado 22 de enero (https://acortar.link/RBjRBW), El Titán, como lo nombraron, está en construcción, se inaugurará en noviembre próximo y ha sido calificado como el más grande del mundo.
El de Guadalajara tiene dos pisos; el argentino tendrá tres; el local cuenta con “entre 25 y 40 figuras montables de fibra de vidrio y entre tres y siete figuras de carruajes o góndolas”; el de General San Martín incluye 104 caballos, nueve carrozas y seis góndolas tapizadas.
El carrusel inaugurado por Lemus en compañía del gobernador Enrique Alfaro tiene capacidad para “entre 50 a 70 personas” y dos escaleras para ascender al piso superior, mientras el argentino tiene capacidad para 175 pasajeros y además de escaleras tendrá un ascensor para personas con discapacidad.
Los caballitos (como se les conoce en México) adquiridos por el municipio tienen 11 metros de ancho en el piso inferior (el superior es de seis metros), mientras el proyectado en General San Martín tendrá 12.20 metros en sus tres plataformas.
Y aunque la altura es similar (14 metros el de México y 14.5 metros el argentino), en el caso del carrusel jalisciense esa altura incluye “techos y decoraciones”, porque los pisos en sí no sobrepasan 2.5 metros de altura.
El Titán tendrá 6 mil 500 lámparas, mientras el tapatío cuenta con “entre 2 mil 500 y 3 mil bombillas de luz LED”, según las bases de la licitación.
En cuanto a los materiales, el sudamericano, según la empresa Felimana, instalada en Buenos Aires desde hace 60 años y que con este modelo ha ganado premios internacionales, contará con “piso de madera tratada especialmente (tarugada, lustrada y laqueada) y tanto la pintura como las figuras, la estructura y la decoración estarán hechas de forma artesanal con acabados de lujo por diferentes artistas para brindar la más alta calidad en cada detalle.
La empresa también presume que las bajadas de los caballos serán elaboradas con bronce puro: los corceles tendrán crines reales y riendas de cuero tapizadas de pana natural.
El recién inaugurado en Guadalajara tiene piso de acabado “de madera, polimadera y/o similar”, además de “elementos decorativos especialmente elaborados para este proyecto, tal como carretas, caballos u ornamentaciones en material de fibra de vidrio (FRP) y/o acero galvanizado”.
A finales de enero, la contralora de Guadalajara, Cynthia Cantero, dijo que esa instancia tenía abierta una investigación sobre “las presuntas irregularidades” en la compra del carrusel, entre ellas retrasos en los tiempos de entrega e instalación, además de las reiteradas denuncias de regidores opositores por supuesto sobreprecio y licitación “entre cuates”.
Regidores de Morena demostraron, con documentos, un sobreprecio de la atracción, que costó 25 millones 985 mil pesos, además de que el carrusel (importado de Francia) podía haberse hecho con proveedores locales “dando trabajo a familias jaliscienses, por un costo máximo de 10 millones”.
CONINFORMACIÓN DE JUAN CARLOS PARTIDA / LA JORNADA