Como suele suceder tras un cara a cara entre dos candidatos, tanto Donald Trump como Kamala Harris ganaron este martes el debate presidencial estadounidense para sus respectivos equipos, pero la vicepresidenta demócrata se apuntó después un tanto difícil de igualar: el apoyo de Taylor Swift.
Las encuestas sobre quién ganó el encuentro tardarán en llegar, pero sin duda llevarse el apoyo del icono más poderoso de la cultura estadounidense actual, que moviliza a millones de jóvenes, era el gran botín de los ‘endorsements’ (respaldos) de figuras públicas y este llegó minutos después del debate, cuando la cantante anunció que votará por Harris.
“Esta fue una gran noche para el pueblo estadounidense, para la libertad, para la democracia, para el estado de derecho, para la justicia, no solo para Kamala Harris, pero luego llegó el apoyo de Taylor Swift y… ¿saben qué? Importa”, apuntaba a los medios el gobernador de California, Gavin Newsom, tras conocer la noticia.
Mientras congresistas, asesores y portavoces se dedicaban a valorar las fortalezas que habían mostrado sus respectivos candidatos en el debate, el nombre de la compositora de himnos como ‘Shake It Off’ era el que sonaba en todas las preguntas.
“Harris ha conseguido transmitir su mensaje y ha logrado convencer a los votantes, incluso a Taylor Swift”, apuntaba a EFE Maca Casado, portavoz de la campaña de Harris. “Creemos que ese es el impacto que ha tenido en miles y quizás millones de votantes indecisos”, añadió.
Este martes por la noche, agregó, se vio a “un señor Trump muy enojado, desvariando, diciendo que los inmigrantes comen perros, diciendo que Harris odia a los judíos, pero que también odia a los árabes. Definitivamente estuvo fuera de juego hoy, a la defensiva y acorralado”, dijo Casado.
Minutos después de conocerse el apoyo de Swift, la noticia que eclipsó el debate presidencial, el exmandatario republicano (2017-2021) hacía una aparición por sorpresa en la sala de prensa, rodeado por una horda de periodistas que querían escuchar sus primeras palabras.
“Me lo pasé bien. Creo que fue nuestro mejor debate de todos los tiempos. Eran tres contra uno”, afirmó quejándose de los moderadores de ABC News, los periodistas David Muir y Linsey Davis, quienes desmintieron algunas de sus falacias más graves.
Entre ellas la de que en alguno de los estados gobernados por demócratas se había intentado implementar una ley para que se pueda abortar con más de ocho meses de embarazo o matar a los bebés después de nacer.
No es habitual que los candidatos vayan a la sala de prensa después de un debate y esto, en opinión de la congresista demócrata Verónica Escobar, es señal de debilidad.
“Él estaba aquí desesperado, necesitando atención. Esta no es una persona que nos va a dar el liderazgo con dignidad a nuestro país”, apuntó a EFE.
Es, sin embargo, “una persona que nos va a llevar para atrás a una época donde las mujeres no tienen derechos, donde los inmigrantes están deportados, donde hay consecuencias para enemigos políticos. Es increíble”, agregó.
Junto con Trump, uno de los más atención recibió en la sala de prensa fue su candidato a vicepresidente, el senador por Ohio JD Vance, quien dibujó una visión muy diferente de lo sucedido en los 90 minutos en los que ambos candidatos respondieron a preguntas sobre inmigración, economía o cambio climático.
“Se vio que Kamala Harris es una candidata de lugares comunes. No tiene sustancia”, apuntó. Donald Trump, por el contrario, “fue claro, fue nítido” y ofreció “una visión real de lo que se debe hacer” para llevar a Estados Unidos “hacia adelante.”
Con información de López-Dóriga Digital.