TERMINA OTRA EDICIÓN DEL GIFF, PREMIANDO CINE CON FRESCURA UNIVERSITARIA, EN LAS CAMARAS DE JONÁS N. DÍAZ Y NATALIA BERMÚDEZ.
“Ya basta de ver víctimas, violencia, ya me dan hueva esos personajes, que les pasa les pasa les pasa, pobres, pobres, pobres, no estás cambiando el mundo, solo estás haciendo que unos cuantos blancos, se sienten en una sala de cine y curen su pinche culpa”
Enérgica, con mucha rabia que desata la potencia de su cine, la novata Natalia Bermúdez daba un preámbulo de lo que sería su gran noche, y con justa razón; cuando últimamente, el cine mexicano solo posa sus ojos a muchos mea culpa, que lejos de buscar enriquecer y estremecer, solamente nos dejan con un sinsabor en la garganta, por eso este año, el GIFF se vistió muy diferente, premiando un cine como el que nos gusta, con historias que llenan el alma, pero no con algún reclamo forzado, sino con la fantasía que solo los ojos de la juventud nos pueden regalar, es por ello que cintas como “Norte” y “Antes de que lleguen los zopilotes”, del también joven Jonás N. Díaz, se llevaron las palmas, como mejor documental mexicano y mejor película de ficción, respectivamente.
Guanajuato cumplió, nos lleno de mucha magia en la gran pantalla, 26 años se dicen fácil, pero solo el esfuerzo y la cansada, pero alegre tez, de su fundadora, Sarah Hoch, dan muestra de ello.
Este año, nos llenamos de marcianos, teorías de extinción, debates y mucha inteligencia artificial, misma que nos hizo cuestionarnos, sobre la originalidad de nuestros autores, por lo que las películas que seleccionamos como nuestras JOYAS, cumplen con esta filosofía, iniciando por el largometraje documental, una historia en la que Natalia Bermúdez, joven debutante en circuitos festivaleros, exploto todo su potencial, anteriormente, con la tutela de genios del documental mexicano, como Everardo González y Alonso Ruizpalacios, vio recompensadas las exigentes maneras de ambos documentalistas, ganando los honores en la noche guanajuatense.
Su filme, “Norte”, una historia familiar, que tristemente es un escenario común, nos narra las pericias de un músico, que con el apoyo de su familia, emigran al norte, en busca de sanar sus heridas, que lo tienen sumergido en el paraíso falso que son las adicciones, relatos que nos invitan a tener una mirada de más ambición en personajes originales, situaciones complejas que todos vivimos, mismas qué en palabras de la propia Bermúdez, no son tan valoradas en busca de apoyos gubernamentales para difusión de su historia, ya que, no son el perfil que le interesa al sector del IMCINE.
“Lo que empieza a pasar es que hay películas, que tienen forzada la temática social, que está como insertada de a fuerzas, se nota que no les importa, que las películas están, como la hechura, el lenguaje, el donde va la cámara, como que ya se olvidaron de narrar y solo se preocupan por las temáticas, claro, es bien difícil acomodar una película como “Norte”, por qué no es obviamente social”.
Parece increíble que relatos como los de Natalia, terminen perdidos en la agenda social, pero es ampliamente rescatable, la importancia que justamente tiene el GIFF en estos ejercicios festivaleros en México, dando voz y ojos, a cine que difícilmente sería apreciado en otro tipo de círculos, donde domina la agenda popular, pero la muestra de Guanajuato, sigue siendo vigente, necesaria, con ejercicios que buscan democratizar el cine, no solo en la crítica, sino dando reconocimientos y difusión, a un cine que tristemente, se nos olvido que existía.
