“Bailemos la cumbia. Esta cumbia buena…”, así se escuchó el derroche de acordeón, bajo, güiro, congas y bongos en el guateque dedicado a este género y sus variantes, que tuvo un efecto de hipnosis sonora teletransportador hacia tierras colombianas y regiomontanas.
Se trató de “Arriba el norte”, tocada de cumbia que reunió a diversos grupos y diyéis en el emblemático Salón Los Ángeles, donde refrendaron que la cumbia es un grito de resistencia de esencia africana en Latinoamérica.
Noche Negra, organizadora de toquines de alto octanaje, y Sabotaje, colectivo regio enfocado a la documentación y difusión de la cumbia, organizaron un ágape campanero, que nos llevó al merito Cerro de la Campana, nicho de la cumbia regia y cuna de Celso Piña, a quien se le dedicó la presentación. Los beats fueron de rompe y rasga, de baile agachadito al ritmo del acordeón.
El cañón del sonidero, Toy Selecta, Jhoniván y su cumbia con loop, Sonido Dueñez, Sonido Sabotaje, Sonideras Joyce Musicolor y Rocko Páez, convocaron al tíbiri en el templo del baile: el Salón Los Ángeles, donde amantes del beat lento disfrutaron de la pista de esta catedral del ritmo, de la cual dejaron pulido su piso, con cumbias de todas latitudes y tiempos.
Cumbias colombiana, regia, rebajada, vallenatos, quebradas se escucharon en altos decibeles.
El cañón del sonidero, representando a Chiapas, atestó a los asistentes dosis de cumbia autóctona aderezada de rock. Ritmazo con lo elemental de la cumbia de acordeón, bajo, guitarra y una potente batería que le aporta su esencia roquera.
CON INFORMACIÓN DE LA JORNADA